Somos cuatro fotógrafos con estilo similar pero con una mirada particular. Estamos acostumbrados a trabajar liviano, sin asistentes ni equipos abultados que llamen la atención y nuestro estilo es el resultado de mezclar cuatro partes de foto reportaje y una parte de retrato dirigido: tiene un enfoque entre documental y editorial. Tenemos instinto y sabemos anticiparnos a las situaciones, una de nuestras pocas reglas es observar mucho e intervenir poco; buscamos naturalidad, gestos espontáneos, historias a contar y nos encantan las personas que demuestran sin reserva cuánto se aman.

Prestamos especial atención y cuidado a la ceremonia -cualquiera que sea el rito- pues creemos que es la razón de ser de toda esa reunión única de personas y nuestro punto más alto en el arco narrativo. 

Preferimos los espacios abiertos en medio de la naturaleza donde podamos aprovechar la luz natural, que es una de nuestras características. Por eso -a pesar del calor en los meses sin brisa-, la mejor hora para salir a caminar las murallas y calles del centro de Cartagena es justo antes del atardecer, cuando la luz está cálida y los colores vibran más bonito.

Normalmente tenemos jornadas de ocho horas que arrancan dos horas antes de la ceremonia, pero armamos paquetes por horas de acuerdo al tipo de matrimonio y podemos ser uno o dos fotógrafos de acuerdo al tamaño del evento o al capricho de los novios.